Hoy me he apretado un dedo en una puerta. Lo sorprendente no fue el dolor, sino un alta-frecuencia-no-sonido en mis oídos, que bloqueo completamente los ruidos del mundo exterior.
He tratado de emular ese fenómeno con audífonos, tapones, corbatas y nueces, pero nada ha funcionado. La final, me he decantado por el origen. Pero mi dedo esta todo morado. Mejor me pellizco.
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¡Funcionó! El alta-frecuencia-no-sonido estuvo ahí, pero ya no. A ver, de nuevo y mas fuerte.
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Mmm, esta vez ha durado más. O sea que más dolor es más alta-frecuencia-no-sonido. Voy por el martillo.
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Que agradable. El dolor de mis 5 dedos izquierdos es completamente irrelevante. Sí, más.
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Ya casi no tengo mano izquierda, y ergo casi no tengo sensibilidad, Mm, necesito algo mas. Un alicate, Nah. Una prensa, si!! Pongo mi pie en ella y aprieto.
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Esta vez me ha durado más de un minuto. No quepo en mi de felicidad. Quiero más.
Algo me dice que esto es mala idea, pero que va. Saco el acero cargado del velador, con la esperanza de que este dure más. El alta-frecuencia-no-sonido me llama como el canto de sirenas.
A ver, donde duele más. En la cabeza. Si. Lo acerco a mi oído, dispuesto a dar el golpe.
Y lo doy.
Pero lo único que oigo es el PAM! del disparo.
Y silencio.
Dolor y placer están íntimamente ligados, dicen algunos.
ResponderEliminarEl silencio a hablado llevándose consigo todo, incluso hasta tu placer y dolor. Ni siquiera te dejo una gota de ese sonido que no es sonido.
ResponderEliminarPD: Eleftherian al igual que poiesis es una palabra griega que viene a representar el contradictorio (como todo el lenguaje en sí) de la libertad.
ResponderEliminarUn spoiler...
ResponderEliminarEl tipo no era masoquista
Mmm... No era masoquista. Entonces no era un tipo que se golpeaba a propósito... Ah, no, sí era.
ResponderEliminarA la luz de lo que ve el resto del mundo yo diría que sí es masoquista. Si bien no busca el dolor como tal, no es necesario. Lo buscado son situaciones de doble implicación con el dolor. Es decir, cosas que lo acompañan. Será placer, será alta-frecuencia-no-sonido, busca el dolor igual.
A menos que sea todo una gran metáfora que me estoy perdiendo, lo cual suelo hacer.
Por cierto, interesante el final: el tipo no siente la frecuencia, lo que me sugiere una necesidad de equilibrar, no tomarse demasiado en serio el cuento de esta especie de pasión del personaje. Un mensaje de precaución contra la obsesión quizás...